En un acto que se realizó en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Comahue se entregaron a los familiares los legajos de 18 estudiantes, trabajadoras y trabajadores de esta casa de altos estudios desaparecidos durante la dictadura.
Los legajos corresponden a Oscar Humberto Andrada; Juan Carlos Castillo; Oscar Hodola, Javier Seminario; Lilian Gimenez; Héctor Campos; Arlene Seguel; Mirta Tronelli; Cecilia Vecchi; Alicia Pifarré; Adrián Daniel Ramírez; Luis Frum; Susana Mujica; Graciela Hernández; Mónica Morán; Ricardo Alfredo Raby, Rodolfo Mario Taberna y Miguel Angel Tierno.

Durante la ceremonia hicieron uso de la palabra en representación de familiares y compañeros de las víctimas Raúl Seone, Juan Villarreal (que leyó dos poemas del libro “El hijo del poeta” de Jorge Areta), Élida Cifuentes, Pablo Hodola y Dora Seguel, entre otros.
Posteriormente, el Secretario de Extensión Damián Cancelo expresó «el placer, la alegría y emoción que significa estar en esta Aula Magna, que es sin dudas el centro neurálgico de la Universidad.
Es para nosotrxs, este encuentro, un acto de reparación histórica, de reparación identitaria, en defensa permanente de la memoria y en lucha por la vida y la verdad, en reclamo por la justicia.
Dar presencia a las ausencias, poner en valor los 40 años de democracia, entender los 50 años de Comahue y, porque no, proyectar los próximos 50 años aún sin saber de la existencia de estudiantes, docentes y nodocentes desaparecidos y desaparecidas en dictadura.
En este difícil contexto, donde se ponen en duda los derechos y la propia democracia es cuestionada, ¡la memoria más se planta!
Como decía el querido Osvaldo Bayer: En democracia, la autocrítica no significa dar un paso atrás sino uno adelante.
No tengo dudas que ahora y aquí, en Comahue, este acto representa ese pequeño paso hacia adelante… Compañeros y compañeras, ¡¡NUNCA MÁS!!»

A continuación, la rectora Beatriz Gentile dio un discurso que resignificó el nombre «Salvador Allende» que lleva el principal recinto de la Universidad y expresó que con estos actos “le estamos poniendo presencia a una ausencia… En estos legajos hay parte de la historia personal, pero también de la historia argentina”.
El acto finalizó con la actuación del Coro Universitario, dirigido por Manuela Saralegui, quien interpretó «Como la cigarra», «Serenata para la tierra de uno» y «Entre el espanto y la ternura».

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