La Diplomatura de Extensión “Elementos para la Comprensión y la Acción en Contexto de Relaciones Interculturales”, que llevan adelante la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad de la Frontera (Chile), con el apoyo de la Municipalidad de Aluminé y el COPADE, con el financiamiento del Consejo Federal de Inversiones (CFI), cerró su capítulo III, que abordó el tratamiento de las tensiones y conflictos en contextos de relaciones interculturales.
Esta etapa de la diplomatura que se dicta con eje geográfico en el departamento de Aluminé y el sur de la provincia de Neuquén, tuvo como capacitadores a Pablo Lummerman y Alejo Simonelli, con la coordinación general de Gustavo Ferreyra y la participación de todo el equipo de la Fundación de la Universidad Nacional del Comahue para el Desarrollo Regional (FUNyDER) y el equipo local de Aluminé.
“Se observó un aumento en el nivel de participación activa en los encuentros con relación a los capítulos y transiciones previas, al igual que una segmentación más intensa respecto de las áreas de interés”, destacó Ferreyra. También señaló que “los temas elegidos para el informe final de certificación indican la diversidad de intereses entre las y los participantes, al igual que el posicionamiento que tiene en el grupo los que refieren a las reivindicaciones de las comunidades originarias. En ese escenario se identifican ideas, escritos preliminares y documentos en fase avanzada para la presentación que tienen por objeto el registro, descripción en interpretación de relaciones interculturales generadas en torno de aspectos materiales tales como la producción ganadera, las relaciones interinstitucionales para el fortalecimiento del desarrollo rural, las condiciones de realización de la práctica de la trashumancia del ganado, las condiciones actuales de la cría del ganado en términos de su comercialización, impactos sobre los campos”. También se están trabajando temas como la realización de prácticas tradicionales de recolección de piñones, su venta y/o elaboración de productos y las condiciones para la realización de tejidos artesanales, las condiciones de realización de actividades turísticas, los modos en que se establecen las pautas de convivencia, gobernanza y aprovechamiento de los recursos naturales, bienes comunes.
Pablo Lummerman puso de relieve la importancia de “transformar la conflictividad intercultural en proyectos de vida de cara al futuro común en el territorio que habitamos” y puso énfasis en “el valor que tiene una Universidad que aloja un espacio de formación mutua, de compartir saberes kimun, que no solo promueve el desarrollo personal de sus participantes sino que construye puentes y plataformas para el bienestar general”.
También destacó por parte de los participantes “la conciencia de la responsabilidad generacional para la construcción de la paz, aprovechando para bien común la trayectoria de cada uno, abrazando la disonancia, dándole el tiempo al encuentro entre culturas”.
Por su parte, Simonelli evaluó que “la propuesta de la Diplomatura permitió generar un espacio de reflexión para abordar la complejidad de las relaciones interculturales con los propios sujetos territoriales que cotidianamente la practican, a veces de manera consciente y otras no. Se pudo generar un espacio de respeto, escucha, y de aprendizaje colectivo, en el cual se pudieron reconocer y caracterizar los conflictos territoriales y la construcción de elementos mínimos para establecer acuerdos que permitan afrontarlos”.
Destacó “la participación activa y aportes de quienes cursan la Diplomatura, el permanente acompañamiento del equipo de coordinación de la misma, y la dinámica que se propuso con muchos invitados y su diversidad de miradas”. Por último, valoró “estas instancias que se proponen desde la Universidad Pública para acompañar los temas emergentes de la región, fortaleciendo su presencia territorial para acompañar los procesos de desarrollo en Neuquén y Río Negro”.