Se desarrolló una demostración del nuevo módulo mocoví-extensión y luego se abrió un espacio de consulta sobre el funcionamiento de la herramienta. Ya se encuentra en funcionamiento y se la utilizará para la carga de los proyectos de la convocatoria Universidad Pública en el Barrio, cuyo cierre fue prorrogado al 30 de agosto. Esta iniciativa se llevó adelante en términos de la acción sistémica, conjunta interdisciplinar e interclaustros, pero también en términos de apertura y horizontalidad de la información de esas acciones y de la participación de las comunidades de las dos provincias.
Es fruto del trabajo de poco más de un año del Consejo de Extensión, en conjunto con personal de la Secretaría de Extensión Universitaria, y tuvieron a cargo la programación dos alumnos avanzados de la Facultad de Informática, Karen Flores y Germán Kiessling, que fueron dirigidos por el licenciado Pablo Kogan.
Sobre la convocatoria de Universidad Pública en el Barrio, el secretario de Extensión Universitaria, Mg. Gustavo Ferreyra sostuvo que se espera que “se presenten iniciativas lo más unitarias posibles dentro de las unidades académicas, siempre atendiendo las bases y condiciones de la convocatoria, siempre bajo el paraguas de ‘vulnerabilidades’, que emerjan de la presentación todas las vulnerabilidades de la Norpatagonia, de nuestras provincias de Río Negro y Neuquén, que esas vulnerabilidades tengan herramientas que nos permitan actuar sistémicamente de la cordillera al mar, desde las grandes urbes a las zonas rurales, y que sean menos vulnerables esas vulnerabilidades”.
A partir de esta convocatoria, se incorpora una herramienta de transparencia en la información, porque todos pueden acceder y verificar las distintas instancias de cada proyecto, además de horizontalizar la Extensión, porque se incorpora a los destinatarios de los proyectos dentro de su formulación. También se incorporan mecanismos para que sean las unidades académicas las que definan las ‘vulnerabilidades’ de sus comunidades a abordar, a partir de su plan institucional, y de ahí establecer un orden prioridades. No queda librado a la voluntad individual de un docente o un equipo de extensión a la hora de formular un proyecto, sino que forma parte de un orden sistémico de cada unidad académica en primer lugar y de la Universidad en su conjunto.
Finalmente se refirió a uno de los temas de fondo, que es la reforma de la ordenanza que regula los proyectos de Extensión. “Nos hemos propuesto para este año terminar con un ciclo de la ordenanza 075 de proyectos de Extensión y darle paso a una ordenanza distinta, que tenga una mirada más actual, la ordenanza vigente es del año ’94, más amplia y más profunda de la Extensión universitaria, que incorpore las figuras de los programas, y que lo haga con la suficiente sistematicidad para que todos seamos parte del mismo corazón y cerebro de la Universidad Nacional del Comahue, y de la región como una unidad, no nuestra vereda, nuestro pueblo, nuestro barrio, sino sentirnos parte de una región”, afirmó Ferreyra.